jueves, 18 de noviembre de 2010

BOLETÍN DIGITAL NOVIEMBRE-2010

SINGULARIDADES DE LOS BOSQUES DE RIBERA EN LA IBERIA MEDITERRÁNEA

Bosque de ribera en la Sierra de Baza en el otoño 2010


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El medio ribereño constituye una singularidad ambiental y paisajística dentro del marco biogeográfico general del territorio en que se localiza, estando particularmente condicionado por la mayor disponibilidad de agua respecto de las áreas no ribereñas. La propia humedal ambiental propia de estos ecosistemas, o la diferencia de temperatura con respecto a entornos más próximos (microclima) hacen de estos lugares auténticos santuarios de la biodiversidad animal y vegetal, lo que se acentúa en el medio ripario mediterráneo, donde la mayor aridez del entorno dominante hace que las variaciones de humedal freática que original la proximidad de un curso de agua adquiere una especial significación, al producirse en un marco climático general caracterizado por la sequia estival, de modo que permite que prosperen en este territorio formaciones vegetales caducifolias propias de ambientes eurosiberianos más húmedos. La consecuencia de todo ello es que las riberas constituyen formaciones vegetales intrazonales, en las que pese a su reducido tamaño su función diversificadora de un territorio es muy elevada, tanto desde el punto de vista botánico como faunístico tanto de micro como de macroinvertebrados, anfibios, reptiles aves o mamíferos. Alojando a especies propias de zonas húmedas, pero también de otros hábitats. Así se ha dicho que un soto bien conservado cuenta, como mínimo, con el doble tanto de especies como de ejemplares, con respecto a las zonas más próximas. Cifra que se puede multiplicar por diez en las zonas secas de la región mediterránea, donde estos lugares constituyen auténticos refugios de biodiversidad. Verdaderos oasis.


Si a todo ello unimos las funciones de corredores biológicos que estos lugares desempeñan o los efectos paisajísticos que un soto o ribera bien conservado tiene en nuestra percepción de un lugar o los beneficios de todo tipo asociados al mismo, podemos hacernos una somera idea de las singularidades y valores que tienen los bosques de ribera en la España meridional, en lugares como el Parque Natural Sierra de Baza, pese a la pequeña superficie de cobertura de su territorio. Unos lugares que ahora, en otoño, están en su plenitud cromática, rebosantes de vida, con una impresionante cosecha de frutos otoñales, a la que acuden las aves y mamíferos para alimentarse y prepararse para los próximo invierno que se aproxima. Es por ello por lo que os invitamos a acercaros estos días a nuestros bosques de ribera, con el respeto a un ecosistema tan frágil como bello, que merece.


La Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA

Boletín Mensual núm. 137. Año XII. Noviembre-2010


http://www.sierradebaza.org/principal_10-11/principal_10-11.htm