viernes, 30 de julio de 2010

BOLETÍN DIGITAL AGOSTO-2010


Atardecer de luna llena en la Sierra de Baza



LA HUELLA ECOLÓGICA


La huella ecológica es un indicador ambiental de carácter integrador del impacto que ejerce una determinada comunidad humana –un país, una región o una ciudad, por ejemplo- sobre su entorno, considerando tanto los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de producción y consumo de la comunidad. Su objetivo fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, compararlo con la biocapacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad del planeta. Y se concreta en "la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de éstas áreas".

Se habla de "déficit ecológico" cuando una región no es autosuficiente, ya que consume más recursos de los que dispone. Este hecho nos indica que la comunidad se está apropiando de áreas productivas fuera de su territorio, o bien, que está hipotecando y haciendo uso de superficies de las futuras generaciones.

Dentro de este panorama, en los últimos años asistimos a una creciente preocupación por los problemas ambientales del planeta, dando la impresión de que se está produciendo un redescubrimiento de medio ambiente, entendido éste como nuestro patrimonio biológico, el entorno vital que nos rodea y en cuyo seno nacemos, vivimos y morimos, concienciación que ha ido aumentando por una pluralidad de razones, pero particularmente por la necesidad vital de pervivir como especie, alertados por los problemas de contaminación, extinciones de especies silvestres y alteraciones macrodimensionales del planeta, como es el célebre cambio climático, que por primera vez parece que comienza a tomarse en serio. Y es que el hombre -sin prácticas distinciones- parece que está tomando conciencia de que forma parte de la naturaleza, que no es su dueño y señor, y los excesos vividos han dejado al desnudo las estrechas relaciones de las personas con la naturaleza. Alertados, por citar un ejemplo, por estar superando, con crecer, el límite de autodepuración del planeta, por lo que se acumulan ya en nuestra atmósfera más gases de los que de modo natural pueden eliminarse. Aun cuando en el trasfondo de todo ello se encuentra el hecho de que hemos superado nuestra Huella Ecológica, que tenemos más necesidades más materiales de las que poseemos y somos capaces de producir de forma natural, que producimos más residuos de los que el planeta puede destruir de forma natural. Y las consecuencias de no poner freno a ello son evidentes: está en riesgo nuestro propio futuro como especie en este planeta. De aquí nuestra llamada al consumo responsable, a la atemperación de los residuos que generamos a los que el planeta puede autodepurar, a la adecuación de los consumos de nuestros recursos a nuestra producción, lo que es aplicable, como ilustrativo ejemplo, en épocas de crisis como ésta tan dura que estamos viviendo, a nuestras economías domésticas, en las que -como nuestra huella ecológica- se impone atemperar nuestros gastos a nuestras efectivas disponibilidades, si es que no queremos pasar factura en un próximo futuro.

La Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA





jueves, 1 de julio de 2010

BOLETÍN DIGITAL JULIO-2010


Geranio de roca (Erodium rupicola). Una planta que se ha fotografiado en el Parque Natural Sierra de Baza esta primavera y que no había sido citada antes en este territorio.

LA FOTOGRAFÍA DE NATURALEZA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CONOCIMIENTO DE LA BIODIVERSIDAD

En las últimas fechas asistimos a un interés creciente por todo lo relativo a la Biodiversidad, entendida ésta como la riqueza o diversidad en plantas y animales, que como tal representan un patrimonio natural y que aparece como resultado de la evolución, es decir, de un proceso histórico que aunque se nos manifiesta ahora se ha gestado en el tiempo, con unos efectos irrepetibles e irremplazables. El concepto de Biodiversidad se extiende a veces a la variedad genética de cada especie, lo mismo que la diversidad de ecosistemas y hábitats, pero en sentido estricto se refiere a las especies y subespecies (taxones).

El PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) especialmente desde el establecimiento del Convenio sobre la Diversidad Biológica que nació en la cumbre de Río en 1992, ha puesto un gran énfasis en la necesidad de, por un lado, establecer un sistemático recuento de las especies de seres vivos de nuestro planeta, pero sobre todo de conservar esta biodiversidad como un patrimonio necesario para un futuro sostenible. Se trata de un objetivo difícil de cumplir: en los más de 3.500 millones de años de historia de la vida en la Tierra, han aparecido y desaparecido muchísimas especies y se piensa que muchas de las especies actuales desaparecerán antes de que sean descritas por la ciencia, de aquí la llamada de atención que se viene produciendo para completar el conocimiento sobre nuestras especies. Lo que no es ni mucho menos una tarea sencilla y si se estima que en la Tierra hay actualmente entre 2 y 7 millones de especies diferentes, cifra que algunos cálculos disparan por arriba, sólo 1,75 millones de ellas tienen una descripción científica, de las que los grupos más numerosos son las plantas con flor (270.000 especies) y los insectos (unas 950.000 especies), si bien todos estos números también constituyen una estimación incompleta, porque aún no existe un inventario general de tales especies y lo que es más llamativo, se siguen localizando nuevas especies en lugares donde no habían sido detectadas, ni se tenía conocimiento de su presencia, lo que pone de manifiesto lo incompletos que resultan los conocimientos sobre la biodiversidad natural, pese a los números intentos de estudiarla.

En este aspecto son muy valiosos los trabajos de los naturalistas, aficionados y profesionales, que robándole tiempo al descanso, a su familia y dinero al bolsillo, vienen protagonizando una importantísima aportación para la Ciencia, con resultados a veces tanto o más importante que la de estudios becados y presupuestados, con resultados en muchos casos inciertos, aunque nosotros vamos a destacar el trabajo de miles (millones en el mundo) fotógrafos de naturaleza que vienen plasmando con sus instantáneas la biodiversidad vegetal y animal de nuestro planeta en condiciones de observación muy sacrificadas, pero con resultados, muy vistosos al tiempo que interesantes y pedagógicas para contribuir al mejor conocimiento de nuestra biodiversidad con sus instantáneas fotográficas, en muchas ocasiones tomadas tras largas horas de espera, aguantando el frío o el calor, en el interior de un hide, pero que nos permiten conocer, con unos valiosos testimonio gráficos, la biodiversidad y riqueza de un lugar, concienciando sobre su importancia y belleza al resto de la población.

Es precisamente de la mano de la fotografía de naturaleza, como se está profundizando y ampliando los conocimientos sobre la biodiversidad de las especies animales y vegetales en el Parque Natural Sierra de Baza, fotografiando y localizando nuevas especies, de las que no se tenía conocimiento de su presencia en este territorio, contribuyendo en suma al conocimiento de la biodiversidad. A la que os invitamos a participar, a que no dejéis de explorar, profundizar en la documentación y conocimiento de vuestros barrancos, charcas, ríos, valles y montañas, quizá os deparen también algunas sorpresas a muy pocos metros de vuestras casas, sin necesidad de acudir a bosques o islas tropicales en busca de nuevas formas de vida y localización de especies, y es que la imagen pueden ser un importantísimo aliado en la documentación y localización de especies de las que no se tenía constancia de su existencia en un territorio.

La Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA